Protección de activos compartidos: Los seguros de comunidades brindan protección para edificios, áreas comunes y equipos compartidos en comunidades residenciales, evitando costos adicionales para los propietarios en caso de daños o pérdidas.
Cobertura de responsabilidad civil: Los seguros de comunidades incluyen cobertura de responsabilidad civil, protegiendo a la comunidad y a sus miembros en caso de reclamaciones de terceros por lesiones personales o daños a la propiedad ocurridos en las áreas comunes.
Protección contra riesgos naturales: Algunos seguros de comunidades ofrecen cobertura contra desastres naturales como terremotos, inundaciones y tormentas, que pueden causar daños significativos a la propiedad compartida.
Gastos legales: En caso de disputas legales, los seguros de comunidades pueden cubrir los costos legales asociados con reclamaciones y litigios, ayudando a la comunidad a enfrentar situaciones legales de manera adecuada.
Cobertura de instalaciones y equipos: Los seguros de comunidades pueden cubrir daños o averías en instalaciones como ascensores, sistemas de calefacción, piscinas y áreas recreativas, asegurando su funcionamiento adecuado y su mantenimiento.
Cobertura de administradores: Los seguros de comunidades a menudo ofrecen cobertura para los administradores y miembros de la junta directiva en caso de reclamaciones por decisiones tomadas en su capacidad de liderazgo.
En muchos lugares, no es obligatorio tener un seguro para comunidades de propietarios por ley, pero puede ser un requisito del reglamento de la comunidad. Además, si el edificio tiene una hipoteca, es probable que el prestamista requiera un seguro para proteger su inversión.
Los seguros de comunidades de propietarios generalmente no cubren las pertenencias personales de los propietarios, que deben estar cubiertas por pólizas de seguro de propietarios individuales. Además, suelen excluir eventos como terremotos y daños causados por el desgaste normal.